miércoles, 17 de agosto de 2016

43. Tortura

Y por fin Saki despertó.

Estábamos en el sótano de mi casa. Era de noche y yo ya me había puesto el pijama en cuanto terminé de amarrar a Saki a la silla. Esa silla que había hecho mi abuela para amarrar a mi abuelo, y además había sido utilizada por mi madre para con mi padre. Tal vez algún día yo la utilice con Senpai... pero por ahora, iba a tener... una charla con mi amiga.

Saki miraba a su alrededor sin comprender.

- ¿Dónde estoy...? - dijo con una voz débil, aún aturdida por la droga de la jeringuilla.

Saki giró la cabeza hacia mí y puso los ojos como platos.

- Ayano-chan... Tú...

Saki intentó liberarse de las cuerdas de la silla, pero fue incapaz.

- ¡¿Qué significa esto?! - preguntó asustada.

- ... ¿No es obvio? - dije.

Me posicioné delante de ella y dejé en el suelo la caja que llevaba en la mano. La abrí y saqué el trípode y la cámara. Dentro de esa caja había un par de cosas más que luego iba a utilizar.

- ¿Por qué estás poniendo esa cámara? ¡¡Libérame!!

- No voy a hacer eso, Saki-chan.

Notaba la tensión en el ambiente, el terror que transmitía su voz, todo su cuerpo temblando...

- No me digas... que tú... No puede ser.

- ...

- Fuiste tú... Fuiste tú quién mató a toda esa gente... Tú mandaste a Koharu-chan al correccional...

Me puse a colocar la cámara en el trípode y a encenderla.

- ¡¿POR QUÉ?! - gritó y no la respondí - ¿Piensas matarme a mí también...? ... Parecías dulce... Eras callada pero sonreías y parecías disfrutar con nosotras en el club... Eras amable, me ayudaste, me escuchaste... pero tú... ¿tú... a Kokona-chan también la...?

Presioné el botón de grabar.

- Tienes razón. Yo me deshice de todos. De Osana-chan, de Riku-kun, de Koharu-chan, de Kokona-chan, de Mei-chan y de todos... todos los integrantes del Club de Ocultismo. Recuerdo perfectamente sus rostros justo antes acabar con sus vidas. Y, cuando lo pienso, siento la misma satisfacción que cuando lo hice.

- Eres... un monstruo... ¡¿Por qué haces todo esto?! ¿Cómo es que la policía no ha encontrado ningún rastro para inculparte?

- Me las arreglo bien. Es lo que tiene cuando haces cosas por amor.

- ... ¿P-Por amor? ¿Qué quiere decir eso?

Abrí la otra parte de la caja de herramientas y saqué un cúter.

- Todos vosotros sois y habéis sido un estorbo en mi relación con Senpai. Y eso acabará pronto.

- ¿S-Senpai?

Corté su camisa del instituto. La había hecho una gran herida en todo el costado.

- ¡AAAAAAAAAHHH!

- Taro Yamada. Es mi novio. Y no dejaré que nadie más me lo intente quitar.

- ¿T-Taro-kun?

La hice otra raja.

- ¡AAAAAAAAAAAAAAAH! ¡DUELE!

La cogí del pelo y tiré.

- ¿Duele? ¿DUELE? ¡CLARO QUE DUELE! ¡PERO TÚ NO SABES LO QUE DUELE VER CÓMO FLIRTEÁIS A MI CHICO! ¡ÉL ES MÍO! ¡SEREMOS EL UNO PARA EL OTRO! ¡YO SERÉ QUIÉN LE HAGA LOS BENTOS! ¡SALDREMOS DE CITA JUNTOS! ¡HAREMOS DEPORTE JUNTOS! ¡Y SERÉ YO QUIÉN ME HAGA LAS FOTOS CON ÉL! ¡NADIE MÁS, PORQUE ÉL ES MÍ-O!

- ¡¡¡AAAAHHH AHHHHHHH AHHHH!!

- ¿Sabes qué, amiga? En otras circunstancias, en un mundo paralelo, en una línea temporal diferente... te hubiera dejado vivir, y te hubiera dicho simplemente que dejases a Senpai en paz, que yo soy quien quiere conquistarlo y necesitaba que te alejases de él. Te lo hubiera dicho y tú me habrías hecho caso, amiga~ Pero... necesito matar a otra rival. Si no hubiese tantas roba-senpais, hubieras seguido cuerda.

- A-AAH.... Taro-kun nunca amará a un monstruo como tú. Eres odiosa.

La pegué una patada.

- Haré que seas tú quien mate... a la enfermera.

- ¿¿Cómo?? ¿¿A-A la enfermera?? Ksó... ¡NO LO HARÉ!

- Acabaré con tu mente... y me obedecerás. - La quité la camisa y la levanté la falda. - Sonríe a la cámara.

Cogí unas pinzas y empecé a arrancarle las uñas de los dedos. Herí sus partes y sus pechos. La pegué y azoté toda la noche. Ella gritaba y miraba a la cámara pidiendo socorro horrorizada. Yo la decía que ese vídeo iba a ser subido a páginas porno masoquistas de manera anónima y nadie me iba a descubrir, pero todos iban a saber cómo eran sus partes y no solo el chico con el que había estado jugueteando días atrás, Ryusei, sino TODO EL MUNDO. Ella se sentía humillada aún más, iba perdiendo su sentido de la conciencia... hasta que su mente comenzó a quebrarse. Aunque ella pidiese clemencia, aunque ella asegurase que no diría nada relacionado conmigo, aunque quisiera que la dejase ir... la hice ver que nunca dejaría que se alejase de mi poder.

Llegó el amanecer y tenía que ir a clase.

- ¿Me obedecerás? - la pregunté.

Ella pasó un rato sin responder, sin ejecutar ningún tipo de movimiento; pero después de un minuto, negó con la cabeza.

- Maldita...

La pegué un tajo en la mejilla.

- Iré a la hora del descanso para ir al Club de Kárate.

Hicimos otra sesión de tortura... hasta la hora de la comida. Me había puesto rápidamente el uniforme y usé la bicicleta para llegar lo antes posible. Usé el móvil para mandarle varias fotos de las bragas de Saki a Info-chan mientras subía las escaleras hasta el Club de Kárate. Ella me iba a hacer el favor de borrar todos mis retrasos de los ordenadores y cuadernos de los profesores, además de cualquier indicación que tuviese que ver con que Saki fue a mi casa el día anterior.

Abrí la puerta del club. Estaban Budo Masuta, Juku Ren (un chico de primero) y Mina Rai (una chica de mi curso que es la mano derecha de Budo).

- ¡Hola, Ayano-chan! Me alegro de que al fin vinieses - saludó Budo.

- ¡Hola, Budo-senpai! ^^

- No te he visto por la mañana ¿Te encontrabas mal?

- Un poco dolorida del accidente de ayer ¡pero estoy bien! ¡Estoy lista para unirme a vuestro club!

- Oh... Esas son las ganas que quiero ^^

- ¡Espera Budo-kun! - objetó Mina - Ayano-chan no puede empezar a practicar si tiene una lesión.

- ¡No te preocupes, Mina-chan! ¡Estoy bien! - dije.

- ¡No se hable más! - Budo fue hacia un cajón con mucho uniformes blancos de luchador de Kárate y me dio uno. - ¡Oficialmente eres miembro de nuestro club! ¡Bienvenida! ¡Tenemos entrenamiento lunes, miércoles y jueves por la tarde, y viernes a la hora del descanso!

- ¡Bien! ^_^

- Tienes cara de sueño, Ayano-chan - intervino Mina de nuevo. - Debes estar cansada. Hoy no tienes porqué venir.

- ¡Estoy en plena forma!

Esa misma tarde asistí a mi primer entrenamiento. Budo me ayudó mucho y estaba muy atento. La verdad es que eso me hizo sentirme más fuerte. Si una rival se me escapaba de las manos, tenía que saber manejar la situación luchando. Eso y que Budo había sido muy insistente con su Club las pasadas semanas.

Tras el entrenamiento, oí que Budo y Mina tuvieron una fuerte discusión relacionada conmigo. Supongo que Mina me tenía echada el ojo al ser de su curso, con tan pocos amigos y cerrando todos los club con los que me cruzaba. Aún así, Budo parecía defenderme hasta la muerte. Estaba siendo bastante amable conmigo...

Regresé a casa y lo primero que hice fue prepararme yakitoris y bajar al sótano. Saki se había meado encima por estar todo el día ahí sentada. También parecía tener hambre, ya que veía mis yakitoris como si fueran lo más valioso del mundo.

- No eres nadie. Más bien, no eres nada, Saki - dije.

Los ojos de Saki perdieron su brillo de siempre, su tono de piel era blanquecino casi verde, todo su cuerpo estaba ensangrentado, su ropa estaba rasgada y no poseía una sola uña.

- ¿Me obedecerás?

- ... ... ... Sí. Haré todo lo que me ordenes.

- Así me gusta. Ahora te lavaré y mañana irás por fin al colegio. Harás exactamente lo que yo te diga.

Sé que lo que hice fue cruel e inhumano. Torturar a una compañera que confiaba en mí que casi me consideraba su amiga por un chico... Pensarás que estoy enferma, que soy una mala persona. Soy la peor protagonista que cualquier historia pueda tener. Supongo que esperabas que esto iba a ser una historia de amor dulce como los shoujos, o tal vez una historia de amor en la que luchaba contra los malos... No. Soy una asesina, soy Yandere. Y me da igual lo que pienses mientras no tenga que ver con mi Senpai, y si es así... iré a por ti.



No hay comentarios:

Publicar un comentario