lunes, 8 de agosto de 2016

41. Los peculiares tratamientos de la enfermera


Tal vez esa fue la noche en la que más extraña me sentí en casa. Pensé en mi madre haciendo todo tipo de barbaridades por mi padre y también en ese periodista con una vida pésima por curiosear por donde no debía.

Dado que el ambiente estaba cargado, decidí cenar unos tacos con salsa picante. Sí, salsa picante para cenar. Me sienta de maravilla.

Y fue tirarme a la cama para dormir y ser incapaz de cerrar los ojos. No dejaba de darle vueltas a la información de las cintas "¿Quién puede ser la hija del periodista?" me repetía una y otra vez. Tenía que ser una actual estudiante del instituto ¿pero cuál?

En efecto no podía dormir, asique estiré el brazo hacia la mesilla de noche y cogí el móvil. Eché un vistazo a Facebook... maldita suerte la de Saki Miyu cuando vi su última publicación: un selfie de ella y Taro Yamada sonrientes con un helado de una cafetería que estaba al lado del instituto.

- ¡¡MALDITA SEA!!

Tiré el móvil. Tras oírlo caer al suelo, se hizo el silencio... Permanecí con cara de enfado.

- La mataré.

Apenas dormí la noche del martes, sin embargo, llegué al instituto perfectamente despierta. Para rematar más la mala racha que estaba llevando, se acercó Midori Gurin a hacerme fotos.

- ¡Yaan-chaaaan~! ¡¡Eres sospechosa~!! ¬U¬

- ¿Sospechosa? - pregunté extrañada.

- Cada club al que te unes le pasa algo malo ¿No crees que es demasiada casualidad?

- e.é... No digas tonterías, Gurin-chan.

-Mmmmmmm a_a

- ¿QUÉ?!

- Nadaaaa, baka~ Era una broma jajajaj ^_^ Sé que tú nunca harías algo así.

- Ufffff.... -.-

Entonces pasó al lado de nosotras la profesora de Educación Física, esa profesora guapa pero estricta en sus clases. Iba cargada con una caja llena de pesas, a rebosar, de tal manera que PARA EMPEORAR MÁS LA SITUACIÓN, cayó una... justo en mi pie.

- ¡¡KYAAHHH!!

Me tiré al suelo llena de dolor.

- ¡¡Aishi-chan!! ¡Lo siento! - exclamó la profesora - ¡Oh, no!

- ¡Aishi-chaaan! - escuché... era una dulce voz... Me giré y vi que era.. ¡SENPAI!

- ¡Ayano-chaaan! - exclamó Saki, que iba con él.

- ¡Aishi-chaan! - exclamó un cuarto, esta vez era Budo Masuta.

- Auuu~... - Realmente dolía, en especial cuando la profesora de Educación Física me lo apretaba.

- Te tiene que ver la enfermera.

- ¡Yo la llevo! - dijo Budo rápidamente.

- ¡No! ¡La llevaré yo! - dijo Senpai.

- Yamada.....s-senpai...........

Me puse aún más nerviosa ¿De verdad se estaba preocupando por mí? De la emoción me dejé caer al suelo y cerré los ojos. Creyeron que estaba desmayada pero en verdad estaba despierta. Me llevé una decepción sintiendo cómo la profesora me cogía en brazos y no Senpai. Sin embargo, todos los demás me acompañaron, incluido Senpai, aunque Midori estuviese haciendo fotos -.-

La enfermera fue muy amable. Aunque fuese nueva, sabía exactamente cómo tratarme. Disminuyó el dolor y dijo que no me rompí el pie, menos mal.

- Podéis iros todos. Como ya sabéis no es nada grave n.n - dijo la enfermera.

- Me alegro de que estés bien, Aishi-chan - dijo Budo - ¡Ahora no tienes excusa para rechazar al Club de Artes Marciales! :)

- Me pasaré en cuanto pueda ^.^

- Me alegro -U- - dijo la profesora, - ¡Vamos, chicos, a clase! ¡Gurin-chan, me toca hora en tu clase! ¡Prepárate para sudar, señorita!

- ¿Queeeeeeé? D: ¡¿E-En seriooo?! T.T

Todos se iban cuando de pronto la enfermera añadió algo más:

- Uy... E-ese chico...

- ¿Mmm?

La enfermera tocó la frente de Taro. Puso cara de susto.

- ¡Ohh! ¡Pero si estás muy mal!

- ¿Eeeh?

- ¿SENPAI ESTÁ MALO? - grité.

Todos se me quedaron mirando.

- ... ¿eh? Au...

Todos decidieron ignorar eso cuando vieron a la enfermera acercarse mucho a Senpai. También sus pechos se le acercaron MUCHO.

- E-Eeee...

- Profesora, este chico se tiene que quedar un rato conmigo - dijo la enfermera.

- De aaacuerdo~ Si tu lo dices...

- ¡Pero si estoy bien! - dijo Senpai.

- Yo sé mucho sobre enfermería. Onegai~ ¡Déjame curarte!

Me pareció que Taro se sonrojó. No sé cómo no me rompí los dientes de lo mucho que los apreté.

- Puedes irte tú también n.n Estás curada.

- ... Sí, claro.

Me puse en pie y, aunque me doliera un poco, en efecto pude caminar sin problemas. Salí de la enfermería... pero inmediatamente busqué una silla, o mesa, o algo que hubiese por el pasillo, para ver por el pequeño cristal que había arriba de la puerta de la enfermería. Encontré una caja de balones medicinales al fondo del pasillo y me subí.

- M-Me encuentro bien, enfermera - decía Senpai, sentado en la camilla.

- Yo no estaría tan segura - dijo la enfermera... volviendo a acercarse demasiado a Senpai. - Tienes ojeras, eso significa que no duermes bien. Estás más pálido de lo que tu piel suele estar, por lo que estos días no lo has pasado bien. Pareces triste... ¡y eso no puede ser! ¡Con lo mono que eres!

- G-Gracias, enferme... ¡uuuuh!

La nariz de Senpai estaba sangrando. No pude más y saqué un balón medicinal de la caja. Pesaba un poco pero lo suficiente como para manejarla.

Abrí un poco la puerta de la enfermería y me situé a un lado.

- ¿Uh? ¿Qué ha sido eso?

La enfermera se acercó a la puerta y en cuanto salió a mirar a los lados, la golpeé con el balón sin que llegase a verme. La golpeé varias veces mientra gritaba y salí corriendo.

- ¡E-Enfermera! - exclamó Senpai.

Entonces corrí a los baños y me encerré. Ufff...

Pasaron varios minutos y conseguí salir del baño e irme a las siguientes clases. Durante el recreo estuve atenta a Senpai, que estaba leyendo un libro en la fuente del patio, asique estaba igual de guapo que siempre.

Entonces decidí pasarme por la enfermería... ¿qué clase de enfermera era, que hacía cosas así a un estudiante?! Llegué y la escuché hablando con mi tutora.

- Entonces Aishi-san está perfectamente ¿no?

- Sí ^.^ Todo está bien.

- Me alegro -U-

- Oye, profesora.

- Dime.

- ¿Es verdad lo que dicen? ¿Lo del cerezo que acepta los sentimientos de cualquier chica si se confiesan a su amado?

- Dicen que sí. Es una leyenda que lleva en el instituto desde hace algún tiempo ¿A caso te vas a confesar a alguien?

- Jiji... M-me gustaría. Aunque le conozco desde hace poco... Pero es que es tan mono... Es exactamente mi tipo♥

"MALDITAAA", gritó mi cerebro. Quise sacarla de allí y matarla. Entré a escondidas y abrí un cajón lleno de cosas. Cogí la jeringuilla y me fui asegurándome que no me hubiesen visto. Esa apestosa mujer se había encaprichado con mi Senpai y ahora se iba a enterar quién es la chica que de verdad merece estar con él.

Mi móvil comenzó a vibrar. Al sacarlo vi que era una llamada de Saki.

- ¿Sí?

- ¡Hola, Ayano-chan! ¿Cómo va tu pie? ^.^

- Bien. Ya no me duele casi.

- Me alegro un montón... Oye, estaba pensando... ¿te apetece que nos veamos esta tarde?

- ¿Quieres que quedemos?

- ¡Sí! Es que... quiero hablar contigo de un asunto. No sé quién me podría escuchar >.< Solo será un momento.

- ¡Claro! ¿Qué te parece... en mi casa a las 7? ;)

jijiji


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