martes, 4 de octubre de 2016

50. Ellos viven de tu miedo


Llegó otro día de instituto y me encontré con Pippi Osu y Midori Gurin. Hablaban agachadas, como para que nadie las oyera.

- ¡Yan-chan! - exclamó Midori nada más ver que me acercaba a ellas.

- Buenos días - dije - ¿Cómo va todo?

- Bueno... - dijo Pippi.

- ¡Mal, Yan-chan! >~< ¿Has visto a los delincuentes? ¡Dan mucho mieeeedo!

- Siempre hay delincuentes en el instituto.

- ¡No, no, no! ¡Lo que pasa es que ahora están todos juntos frente al incinerador! ¡Ahora siempre tenemos que verles y aguantar sus insultos cada vez que nos acercamos a tirar la basura! Un día de estos habrá muchos problemas T___T

- A mí eso es lo que menos me preocupa - añadió Pippi - El problema es que la chica a la que llaman líder está ahora con ellos después de varias semanas faltando a clases... No quiero cruzarme con ella por nada del mundo.

- ¡Pero tú tienes a Ryoto-kun, que te cuida! >:(

- ¡Midori-chan!!! Ò//////Ó

- ¿Midori Gurin? - preguntó una voz detrás de ella.

- ¡Glups! - Midori se dio la vuelta asustada. Observamos que era la consejera de dirección (la jefa de estudios) - ¡B-Buenos días!

- Me alegro de encontrarla, señorita Gurin. El sorteo de limpieza de mi despacho se hizo ayer y salió su nombre. Esta tarde, después de clases o cuando termine sus actividades con su club, irás a hacer la limpieza.

- ¿¿EEEEhhh?? S-Sí claro.

- Pueden ayudarla sus amigas - nos sonrió a Pippi y a mí - Buen día.

Y se fue.

- NO PUEDO HACER ESOOOO.

- Midori-chan, nos han enseñado desde pequeñas a limpiar aulas ¿por qué te quejas ahora? - dijo Pippi.

-¿¿No lo entiendes?! ¡¡Por la tarde están esos vándalos al acecho del incinerador!! ¡No puedo!

- No te preocupes, Midori-chan - dije, - iré contigo.

- ¿EN SERIO, YAN-CHAN? *D*

- ¿Es en serio? - añadió Pippi sorprendida.

- Sí. Después de mi hora con el Club de Kárate, claro.

- ¡SÍ! ¡SÍ! ¡SÍ! AYYYY QUÉ BIEN, YAN-CHAN!! *DDDD*

Midori se fue corriendo feliz. Pippi se me acercó arqueando una ceja.

- ¿No se suponía que no la soportabas?

- La he cogido cariño. Siempre estuvo ahí para animarme a hacer cosas.

"Mentira. En efecto sigo sin soportarla. Sin embargo, esta es una oportunidad para acercarme a los delincuentes y averiguar algo más acerca de Osoro Shidesu. Además, tal vez así Midori deje de investigar sobre los casos del instituto y desde luego no sospeche de mí."

- Vamos a clase :) - dije finalmente.

Tras las inmortales horas de clase y el recreo dedicado a acechar a Senpai♥, llegó la tarde. Tuve mi clase de artes marciales con Budo Masuta.

- ¿Cómo los delincuentes pueden ser tan fuertes sin saber luchar? - le pregunté.

Budo me miró extrañado por aquella pregunta.

- Unos saben luchar y otros no. La mayoría simplemente abusan de su fuerza bruta, no planean ni usan la cabeza.

- Vale. Gracias.

- Sé que muchos estáis preocupados por lo de los delincuentes. Pero no os preocupéis. No dejaré que hagan daño a nadie.

- Dicen que su líder, Osoro Shidesu, es tan fuerte como tú - dije.

Budo me miró. Su ojos se pusieron como platos y su cara se volvió pálida. No respondió al comentario y seguimos dando la clase. Qué raro...

Después de eso, fui a la sala de la consejería. Midori Gurin ya había llegado con varias bolsas de basura, escobas con recogedores y trapos.

- ¡Allá vamos!! ^^

Pasamos casi toda la tarde recogiendo hasta que llegó el ocaso. Una vez devolvimos los utensilios de limpieza, lo último que nos quedaba era ir a tirar las bolsas de basura. Nos tocó ir a tirarlos al incinerador y, tal y como había predicho Midori, el grupo de delincuentes estaba ahí.

Todos los hombres llevaban un peinado con tupé y, las chicas, mechas de colores con la boca cubierta con máscaras dibujadas. Todos llevaban por lo menos un bate de béisbol. Entre ellos estaba Osoro, aquella chica rubia y corpulenta llena de vendas y cicatrices y un abrigo negro y roto sobre la espalda. Parecía que venía de una guerra.

En cuanto nos vieron, empezaron a decir cosas obscenas. Entre burlas, insultos y miradas de desprecio, conseguimos llegar al incinerador y deshacernos de la basura. Midori temblaba como un flan.

- ¿No tienes miedo, Yan-chan? - preguntó.

En efecto, yo no sentía ni padecía. Esas cosas no me infunden ningún miedo. Por un lado, por mi personalidad... nunca sentí nada hasta que empecé a amar a Senpai, y otra... ya había visto demonios y me había metido en situaciones peores. Esto era una chiquillada.

- No dejes que consigan lo que quieren, Midori-chan. Ellos viven de tu miedo.

Por alguna razón Midori se sorprendió y dejó de temblar. Sonrió y sus lágrimas se dispersaron.

- ¡Gracias! ^^

Qué fácil es emocionar a una pobre niña... Una sola frase sacada de Twitter y ya se sentía más fuerte. Sin embargo, cuando regresamos a la zona donde estaban aposentados los delincuentes, la estúpida líder me cogió del brazo.

- Oye tú, pringada. Creo que te vi ayer y ahora estás limpiando como una chacha ¿Por qué nos espías? ¿Qué coño perdiste aquí?

!! ¿Cómo sabía ella que les estuve stalkeando? ¡Estaba segura de que nadie me había visto!

- ¿Estaba ayer cuando viniste? - preguntó la delincuente de mecha roja - No se te escapa ninguna, tía.

Fruncí el ceño, Osoro estaba comenzando a apretar mi brazo y dolía, pero no dije nada.

- ¿Solo vas a hacer eso? ¿Es que no tienes miedo? ¿O es que acaso no eres capaz de sentir emociones?

Parecía que su cicatriz en la mejilla izquierda con forma de X se hiciera más grande cada vez que adivinaba algo sobre mí, incluso sin conocerme.


- Y-Yan-chaaan!!!!! :'( - lloraba Midori.

- ¿Aishi-chan? - oímos.

Nos volvimos y, vi que era alguien que desde luego no esperaba encontrarme. Era Senpai, con su libro sobre plantas, que venía de un paseo por los cerezos del instituto. Estaba tan guapo como siempre... y me había reconocido... y me miraba... sin embargo estaba asustado. Estaba mirando a todos los delincuentes y a Osoro, que dejó de apretar mi brazo.

Osoro le miró sorprendida mientras los demás delincuentes miraban con desprecio a Taro Yamada. CÓMO SE ATREVÍAN SIQUIERA A MIRARLE. Justo cuando estaba apunto de saltar a estamparles la cabeza contra el muro, Osoro me soltó, para mi sorpresa con las mejillas algo rojizas y murmurando:

- Ese chico...

Me puse de los nervios. Osoro se apartó de Midori y de mí.

- No puedo hacer eso... Es mi... - siguió murmurando Osoro.

Senpai se acercó a nosotras, ignorando la reacción de la líder de los delincuentes.

- ¿E-Estáis bien?

Verle acercarse a mí hizo que me enamorase más de él, sin embargo noté que estaba asustado hasta los pies. Su cuerpo temblaba y sus dientes castañeteaban. No era muy valiente, que digamos, PERO ES PERFECTO.

- ¿Qué está pasando aquí?

Y vino otro sujeto. Todos nos volvimos y era... mi maestro de Kárate, Budo Masuta.

- Vaya, Budo...

Osoro y él cruzaron sus miradas. Pudo respirarse la tensión entre ambos líderes, como dos fuerzas contrapuestas que podían comenzar a luchar entre ellas en cualquier momento para desencadenar el caos.

- Vayámonos todos de aquí - sentenció Budo.



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