lunes, 17 de octubre de 2016

52. Fun Girl



Le pasé un par de fotos de bragas de Midori e Info-chan me trajo noticias frescas. A Budo le gustaba alguien, el problema es que Info-chan no podía averiguar quién exactamente. Vaya...

Sin embargo lo que de verdad me reconcomía la cabeza era Osoro. Cada vez quedaban menos días para el viernes y esa maldita delincuente se iba a quedar con Senpai. No parecía tener ningún tipo de debilidad, siempre estaba acompañada, era fuerte y estaba atenta a cualquier cosa que pudiese atentar contra su vida.

Mi nueva enemiga era dura. Estaba encaprichada con la persona a la que yo amaba y, aún encima, si me acercaba a ella ya podían darme todos por muerta.

"Divertido... un juego muy divertido..."

Me alarmé al escuchar semejante voz tan cavernosa y oscura. Miré para todos lados y no vi nada raro. Mi habitación estaba como siempre.

"Me gusta tu forma de divertirte... Yandere-chan~"

Y ante mí se me apareció una chica espantosa. Llevaba el uniforme del instituto, pero era gris. Su piel era blanca y sus ojos... sangraban color negro. Su pelo era blanco y estaba desordenado, intentando ser recogido por unas coletitas altas. Y la figura en general parecía como que se iba a desvanecer en cualquier momento. Esa cosa no era de este mundo.

Cogí rápidamente el cuchillo de mi mesita de noche y la amenacé aun sabiendo que no serviría para nada.

- ¿Quién eres?!

"Soy una persona apartada de este juego. El creador me borró. Y esa decisión no me gustó..."

Se acercó a mí. No podía saber si tenía ojos, ya que casi toda su cara estaba bañada en esa sangre negra. Y no entendí una sola frase de lo que dijo.

- ¿Qué...?

Extendió la mano y escribió en el aire. Me pareció haber leído "666".

"Duerme, Yandere-chan~ Mañana morirás frente a esa chica a la que llamas rival".

- FUERA DE A... QUÍ....

Mi cuerpo no respondía a mis órdenes, mi mano dejó caer mi cuchillo y me tiré a la cama incapaz de moverme. Perdí la vista y caí dormida. Lo último que escuché fue:

"Me llamo Fun Girl. Y pienso jugar contigo hasta el fin de tus días."


jueves, 13 de octubre de 2016

51. Budo me echa la bronca

- ¡¿En qué estabas pensando, Ayano-chan?! ¡¿Por qué quieres acercarte tanto a esa delincuente?!

Budo Masuta me observaba preocupado y a la vez un tanto enfadado. No comprendía mis verdaderas intenciones, ni siquiera sospechó un segundo que pudiera sentir algo por Taro aun habiéndome puesto a temblar como un flan en cuanto se despidió de mí.

- Fue sin querer. Le prometí a Midori-chan que la acompañaría al incinerador tras la limpieza.

- ¡Pero eso tenías que habérmelo dicho antes!

Observé que Budo estaba demasiado preocupado. Oye, ¿y a él qué le importaba lo que hiciera? Seré su alumna en el club, pero nada más que eso.

- No es de tu incumbencia - dije.

Budo se mantuvo callado en esa ocasión ¿Por qué se comportaba de manera extraña?

- Parecía que os conocíais bastante desde hace tiempo Osoro Shidesu y tú - añadí.

Tras un rato de meditación, Budo me miró con seriedad.

- Sí. Tienes razón. Íbamos a la primaria juntos. Siempre estuvimos en el mismo centro y en la misma clase.

- Vaya.

Budo continuó hablando.

- Al igual que yo, ella iba a clases de artes marciales. Éramos la mejor pareja de kárate que se había visto en la escuela. Sin embargo, ella empezó a comportarse... mal. Tras las separación de sus padres, ella no hizo más que vivir solo por y para ella, aunque eso significase vivir a costa de los demás... Usó su fuerza de combate en robar cosas, amenazar, pegar... Yo traté de evitar en múltiples ocasiones que hiciese daño a los compañeros de la escuela. Solía ganar yo, hasta que ella dejó de usar las técnicas que aprendió y solo usó su fuerza pura, la fuerza bruta. Cuando me ganó, fue bastante humillante para mí, pero lo peor fue para ella... poco a poco se fue convirtiendo en una delincuente hasta, bueno, hasta ahora.

- Budo-senpai... - me hice la compadecida.

- Por eso no quiero que te haga eso a ti también. No quiero que sufras ningún daño.

- !!!!!

- .... Al igual que cualquier estudiante de la escuela.

- Ahh.

- Prométeme que no te volverás a acercar a Osoro.

- ...

- ¡Prométemelo!

- No me acercaré. Pero si se acerca ella no será mi problema.

Budo me miró con tristeza. Tras un rato con las miradas enfrentadas, él se largó. Seguidamente saqué el teléfono y llamé a Info-chan.

- ¿Siiiií?

- Te daré las foto de bragas que quieras, pero averigua más sobre Budo Masuta y sobre sus intereses amorosos.

martes, 4 de octubre de 2016

50. Ellos viven de tu miedo


Llegó otro día de instituto y me encontré con Pippi Osu y Midori Gurin. Hablaban agachadas, como para que nadie las oyera.

- ¡Yan-chan! - exclamó Midori nada más ver que me acercaba a ellas.

- Buenos días - dije - ¿Cómo va todo?

- Bueno... - dijo Pippi.

- ¡Mal, Yan-chan! >~< ¿Has visto a los delincuentes? ¡Dan mucho mieeeedo!

- Siempre hay delincuentes en el instituto.

- ¡No, no, no! ¡Lo que pasa es que ahora están todos juntos frente al incinerador! ¡Ahora siempre tenemos que verles y aguantar sus insultos cada vez que nos acercamos a tirar la basura! Un día de estos habrá muchos problemas T___T

- A mí eso es lo que menos me preocupa - añadió Pippi - El problema es que la chica a la que llaman líder está ahora con ellos después de varias semanas faltando a clases... No quiero cruzarme con ella por nada del mundo.

- ¡Pero tú tienes a Ryoto-kun, que te cuida! >:(

- ¡Midori-chan!!! Ò//////Ó

- ¿Midori Gurin? - preguntó una voz detrás de ella.

- ¡Glups! - Midori se dio la vuelta asustada. Observamos que era la consejera de dirección (la jefa de estudios) - ¡B-Buenos días!

- Me alegro de encontrarla, señorita Gurin. El sorteo de limpieza de mi despacho se hizo ayer y salió su nombre. Esta tarde, después de clases o cuando termine sus actividades con su club, irás a hacer la limpieza.

- ¿¿EEEEhhh?? S-Sí claro.

- Pueden ayudarla sus amigas - nos sonrió a Pippi y a mí - Buen día.

Y se fue.

- NO PUEDO HACER ESOOOO.

- Midori-chan, nos han enseñado desde pequeñas a limpiar aulas ¿por qué te quejas ahora? - dijo Pippi.

-¿¿No lo entiendes?! ¡¡Por la tarde están esos vándalos al acecho del incinerador!! ¡No puedo!

- No te preocupes, Midori-chan - dije, - iré contigo.

- ¿EN SERIO, YAN-CHAN? *D*

- ¿Es en serio? - añadió Pippi sorprendida.

- Sí. Después de mi hora con el Club de Kárate, claro.

- ¡SÍ! ¡SÍ! ¡SÍ! AYYYY QUÉ BIEN, YAN-CHAN!! *DDDD*

Midori se fue corriendo feliz. Pippi se me acercó arqueando una ceja.

- ¿No se suponía que no la soportabas?

- La he cogido cariño. Siempre estuvo ahí para animarme a hacer cosas.

"Mentira. En efecto sigo sin soportarla. Sin embargo, esta es una oportunidad para acercarme a los delincuentes y averiguar algo más acerca de Osoro Shidesu. Además, tal vez así Midori deje de investigar sobre los casos del instituto y desde luego no sospeche de mí."

- Vamos a clase :) - dije finalmente.

Tras las inmortales horas de clase y el recreo dedicado a acechar a Senpai♥, llegó la tarde. Tuve mi clase de artes marciales con Budo Masuta.

- ¿Cómo los delincuentes pueden ser tan fuertes sin saber luchar? - le pregunté.

Budo me miró extrañado por aquella pregunta.

- Unos saben luchar y otros no. La mayoría simplemente abusan de su fuerza bruta, no planean ni usan la cabeza.

- Vale. Gracias.

- Sé que muchos estáis preocupados por lo de los delincuentes. Pero no os preocupéis. No dejaré que hagan daño a nadie.

- Dicen que su líder, Osoro Shidesu, es tan fuerte como tú - dije.

Budo me miró. Su ojos se pusieron como platos y su cara se volvió pálida. No respondió al comentario y seguimos dando la clase. Qué raro...

Después de eso, fui a la sala de la consejería. Midori Gurin ya había llegado con varias bolsas de basura, escobas con recogedores y trapos.

- ¡Allá vamos!! ^^

Pasamos casi toda la tarde recogiendo hasta que llegó el ocaso. Una vez devolvimos los utensilios de limpieza, lo último que nos quedaba era ir a tirar las bolsas de basura. Nos tocó ir a tirarlos al incinerador y, tal y como había predicho Midori, el grupo de delincuentes estaba ahí.

Todos los hombres llevaban un peinado con tupé y, las chicas, mechas de colores con la boca cubierta con máscaras dibujadas. Todos llevaban por lo menos un bate de béisbol. Entre ellos estaba Osoro, aquella chica rubia y corpulenta llena de vendas y cicatrices y un abrigo negro y roto sobre la espalda. Parecía que venía de una guerra.

En cuanto nos vieron, empezaron a decir cosas obscenas. Entre burlas, insultos y miradas de desprecio, conseguimos llegar al incinerador y deshacernos de la basura. Midori temblaba como un flan.

- ¿No tienes miedo, Yan-chan? - preguntó.

En efecto, yo no sentía ni padecía. Esas cosas no me infunden ningún miedo. Por un lado, por mi personalidad... nunca sentí nada hasta que empecé a amar a Senpai, y otra... ya había visto demonios y me había metido en situaciones peores. Esto era una chiquillada.

- No dejes que consigan lo que quieren, Midori-chan. Ellos viven de tu miedo.

Por alguna razón Midori se sorprendió y dejó de temblar. Sonrió y sus lágrimas se dispersaron.

- ¡Gracias! ^^

Qué fácil es emocionar a una pobre niña... Una sola frase sacada de Twitter y ya se sentía más fuerte. Sin embargo, cuando regresamos a la zona donde estaban aposentados los delincuentes, la estúpida líder me cogió del brazo.

- Oye tú, pringada. Creo que te vi ayer y ahora estás limpiando como una chacha ¿Por qué nos espías? ¿Qué coño perdiste aquí?

!! ¿Cómo sabía ella que les estuve stalkeando? ¡Estaba segura de que nadie me había visto!

- ¿Estaba ayer cuando viniste? - preguntó la delincuente de mecha roja - No se te escapa ninguna, tía.

Fruncí el ceño, Osoro estaba comenzando a apretar mi brazo y dolía, pero no dije nada.

- ¿Solo vas a hacer eso? ¿Es que no tienes miedo? ¿O es que acaso no eres capaz de sentir emociones?

Parecía que su cicatriz en la mejilla izquierda con forma de X se hiciera más grande cada vez que adivinaba algo sobre mí, incluso sin conocerme.


- Y-Yan-chaaan!!!!! :'( - lloraba Midori.

- ¿Aishi-chan? - oímos.

Nos volvimos y, vi que era alguien que desde luego no esperaba encontrarme. Era Senpai, con su libro sobre plantas, que venía de un paseo por los cerezos del instituto. Estaba tan guapo como siempre... y me había reconocido... y me miraba... sin embargo estaba asustado. Estaba mirando a todos los delincuentes y a Osoro, que dejó de apretar mi brazo.

Osoro le miró sorprendida mientras los demás delincuentes miraban con desprecio a Taro Yamada. CÓMO SE ATREVÍAN SIQUIERA A MIRARLE. Justo cuando estaba apunto de saltar a estamparles la cabeza contra el muro, Osoro me soltó, para mi sorpresa con las mejillas algo rojizas y murmurando:

- Ese chico...

Me puse de los nervios. Osoro se apartó de Midori y de mí.

- No puedo hacer eso... Es mi... - siguió murmurando Osoro.

Senpai se acercó a nosotras, ignorando la reacción de la líder de los delincuentes.

- ¿E-Estáis bien?

Verle acercarse a mí hizo que me enamorase más de él, sin embargo noté que estaba asustado hasta los pies. Su cuerpo temblaba y sus dientes castañeteaban. No era muy valiente, que digamos, PERO ES PERFECTO.

- ¿Qué está pasando aquí?

Y vino otro sujeto. Todos nos volvimos y era... mi maestro de Kárate, Budo Masuta.

- Vaya, Budo...

Osoro y él cruzaron sus miradas. Pudo respirarse la tensión entre ambos líderes, como dos fuerzas contrapuestas que podían comenzar a luchar entre ellas en cualquier momento para desencadenar el caos.

- Vayámonos todos de aquí - sentenció Budo.