sábado, 2 de julio de 2016

34. Intentando invocar a un súcubo


Aún me pregunto cómo no la tiré de los pelos y no la arrastré al baño para ahogarla en el váter. Fui capaz de sonreír y decir:

- ¡Vaya! Eso está estupendo~

Oka sonrió aún sonrojada.

Esa misma tarde, empezaron las cosas en serio en el club. Nos reunimos como íbamos a hacer las tardes de lunes a jueves después de clases. La misión era imposible: invocar a una súcubo para ayudar a Oka con mi Senpai.

Oka sacó del armario varias capas negras para el ritual. También sacó una calavera con una daga insertada en ella.

- ¿Esa no es la calavera que cogieron los del Club de Drama por lo de Hamlet?

- Esa era falsa. La verdadera es esta - explicó Oka Ruto.

Nos pusimos las capas, encendimos las velas y apagamos la luz. Nos arrodillamos siguiendo la circunferencia de la alfombra con el pentagrama y comenzamos a recitar las palabras mientras Oka sostenía la calavera con la daga.

Me pidieron que me concentrase y colaborase sintiendo la venida de ese demonio, sin embargo, no lo hice. Actué para parecer que lo estaba haciendo bien, pero por dentro evitaba a toda costa que algo así ocurriese. Mi Senpai era mío y de nadie más.

... Aún así ¿cómo iba a aparecer delante de nosotros un súcubo, Yan-chan? Esas cosas no existen. Son cuentos de locos como los que estaban en ese club. Yo solo quería perder el miedo para no parecer una insana cada vez que veía a Senpai o cuando acababa con una de mis rivales.

Estuvimos toda nuestra media hora diaria así. Arrodillados diciendo cuatro chorradas. Todo para nada. Finalizada la actividad encendimos las luces, apagamos las velas y nos quitamos las capuchas. Ellos parecían estar decepcionados.

- Nunca nos saldrá... - murmuró Chojo, el emo.

- Nadie dijo que fuese fácil - dijo Shin.

- ¿Tendrá algo que ver la nueva? - insinuó Kokuma.

- Realmente nunca nos ha salido. Asique no tiene porqué ser por Ayano-chan - intervino Oka una vez quedó todo recogido - Además, todos sabemos que tiene un poder inmenso escondido dentro de ella.

Todos se me quedaron mirando ¿Un poder inmenso escondido?

- ¿Cómo dices? - pregunté sin comprender.

- Yo también lo siento, Oka-sama - reconoció Daku, el imbécil de las gafas; - pero también puede ser por algo relacionado con algún espíritu demoníaco.

Oka rió. Su risa era débil pero penetrante.

- No digas tonterías, Daku-kun. Si así fuera no estaría aquí con nosotros.

- ...

- La actividad ha acabado, chicos - dijo Shin. - Vámonos a casa.

Todos recogimos nuestras mochilas. Las últimas que quedamos fuimos Supana y yo. Me miraba con cautela, como si fuese una bestia que la fuera a devorar como los mortales pensaban que había pasado con su ojo.

- Te noto silenciosa, Supana-chan - comenté.

Supana me miró con desprecio, aunque noté algo de miedo en ella. Se puso la mochila a los hombros y me dio la espalda.

- Preferiría que no me hablases.

- ¿Por qué?

- Sé lo que has hecho. Sé las cosas horribles que has estado haciendo en nuestro instituto. Es a lo que me he dedicado a investigar estas semanas.

- !!! ¿Qué estás diciendo?

- Basta. Sé lo que eres. Iba a contárselo todo a Oka-sama cuando de pronto supe que habías sido admitida en el club. Daku y yo sabemos la verdad y pronto convenceremos a los demás de lo que realmente eres.

- No puedes acusarme de algo que no he hecho. Si así fuera, los policías me hubieran descubierto.

- Mírate. Estás nerviosa porque no te ha dado tiempo a acostumbrarte a nuestro club. Pronto tu simple reacción te delatará y todos sabrán la verdad.

Supana fue hacia la puerta. No podía dejarla escapar. Por alguna clase de instinto saqué el cuchillo que había clavado en la calavera. Para mi sorpresa, Supana comenzó a temblar. Estaba dispuesta a correr pero la agarré fuerte contra la pared.

- ¡NO! ¡L-lo siento! ¡Por favor!

- Vaya... estabas tan segura de ti misma hace unos segundos y ahora~...

- ¡Por favor! ¡No diré nada!

- ¿Segura...? Si lo haces... te mataré.

- ¡POR FAVOR! T_T

La solté. No me convenía derramar sangre en ese momento. Además, Supana era en realidad una cobarde. A la simple amenaza directa hacia ella, ya se ponía a temblar ¿Esta es la escoria que intenta invocar a un demonio? ¿Qué clase de personas se pensaban que eran los del Club de Ocultismo?

El día finalizó, seguí a Senpai hasta casa, y me fui a la mía. El martes había finalizado. Me quedaban 3 días antes de que Oka Ruto se atreviese a confesar su amor a Senpai.



No hay comentarios:

Publicar un comentario