miércoles, 9 de noviembre de 2016

54. Yandere-chan VS La líder de los delincuentes


Terminé las clases y las actividades del Club de Kárate. Tras quitarme el traje y ponerme de nuevo el uniforme, Budo se acercó.

- Hoy te he visto más motivada de lo costumbre.

- ¿Sí?

Lo que él no sabía es que estaba entrenando para la pelea con Osoro.

- Sí ¡Me alegra saber que te gusta tanto el Kárate! Pero debes tomártelo con calma.

- Tú no te lo tomaste con calma, Budo-senpai.

- Bueno jejeje, es que a mí me gusta MUCHO.

Alguien carraspeó.

- Budo-senpai~ - era Mina Rai - ¿Querrías salir un rato a la cafetería para hablar?

- ... Oh, lo siento, Mina-chan. Debo quedarme aquí a recoger, pero otra vez será.

- O-Oh... - me miró, con cierto desprecio a mi parecer - Claro... Nos vemos mañana entonces. A-Adiós.

- Hasta mañana, Mina-chan - dijo Budo un tanto tarde, cuando Mina ya se había dado la vuelta. Esta se fue.

- ¿Te gusta Rai-chan? - pregunté sin más.

Budo me miró alarmado. Parece que le asustó mi inexpresión en aquella pregunta tan comprometida. Él respondió:

- ¿Qué? ¡Claro que no! ¡Solo es una muy buena compañera del club!

No sé porqué pero me imaginé a Mina escondida escuchando nuestra conversación a punto de echar a llorar. Parecía un amor no correspondido ¿A quién le gustaba Budo entonces?

- Me gusta otra persona - añadió él.

- ... ¿Osoro?

- ¡NO! Bueno... en su día sí, pero tal y como están las cosas no.

Cogí mi mochila y me dispuse a irme. No quería seguir escuchando.

- A mí me gusta... una chica misteriosa que apareció hace poco en mi vida.

Tenía que irme. Tenía que irme.

- Me alegró mucho saber que quería unirse a mi club. Después de verla entrenar tan motivada no pude evitarlo. Además de que es extremadamente linda... Y es que ella es la luz que hace que este oscuro instituto no sea peor. Hace que cada día sea importante para mí, sobre todo cuando estoy a su lado... ayudándola en Kárate, ayudándola en todo lo que necesite... porque sé que necesita más ayuda, pero ella es misteriosa y no me dice más que asuntos del Club y preguntas extrañas acerca de Osoro y quién me gusta... ¿Ella no se da cuenta... de que quien me gusta es ella?

Mi mente quedó en blanco. Salí corriendo.

No podía complicar más las cosas. Ese era el momento en el que debía darle una paliza a Osoro.

Completamente en tensión, bajé las escaleras, fui hacia el jardín de detrás del edificio y tiré mi mochila por los aires. Vi al grupo de delincuentes, en vez de estar como siempre al lado del incinerador, estaban dentro del Club de Jardinería, destrozándolo todo, tirando al suelo las herramientas de la caseta, estropeando las plantas cultivadas por los estudiantes del Club, arrancando flores, tirando abono por todas partes... En cuanto vi a Osoro no me lo pensé dos veces, me lancé contra ella.

Pocos de ellos me vieron venir y menos se esperaban que mi aparición fuera a ser de aquella manera. Osoro me apartó de un manotazo como a un muñeco. Era más fuerte de lo que pensaba.

- Vaya~ Asique a final has venido...

El resto de delincuentes se pusieron en círculo alrededor nuestro, mirándome con desprecio y vitoreando a su líder.

- VAMOS, MACHACA A ESA NIÑA.

- PÁRTELE LA CARA.

Me daba igual lo que dijesen, yo estaba allí por Senpai. Si la vencía, ella no le tocaría y por fin yo podría confesarme, podría conquistar su corazón; porque eso era lo que quería ¿no? Quería a Senpai... me daba igual todo lo demás. Si había matado a tanta gente, era por él. Si me había unido a distintos clubs, era por él. Si me había poseído un demonio, era por él. Si me había unido al Club de Kárate para ser más fuerte... era por él. Y no por nadie más.

- Qué callada eres... - comentó Osoro - ¿eres una mosquita muerta? Me sorprende que hayas querido llegar a tal extremo ¿Por qué lo haces? ¿Por joderme? ¿Por justicia? ¿Por una apuesta?

- Tú deja en paz a Taro Yamada - cerré los puños.

Osoro se quedó demasiado tiempo en silencio. Se puso más seria que nunca.

- No me digas que te gusta él...

Cruzamos miradas. Las dos sabíamos qué era lo que pasaba. Éramos rivales en el amor. Osoro se quitó su abrigo. Vi todo su cuerpo lleno de vendas, cortes, heridas, cicatrices, el uniforme medio roto, y su robusta musculatura.

Nos lanzamos la una contra la otra y la batalla comenzó.

Lo primero que ella hizo fue pegarme en la tripa y yo gritar de dolor. Ella era rápida y bruta. Era como una pelea entre un elefante y una hormiga. Pensé en las técnicas que me enseñó Budo. Pegué patadas e hice ganchos, pero de poco sirvió después de que ella fuera directa a mi garganta y a mi cara.

"De acuerdo..." pensé. "Se acabó hacerse la buena."

Pensé en Senpai, en su sonrisa, en su mirada, en todo su ser. No iba a renunciar a él por nada del mundo. Me lancé contra Osoro y la tiré del pelo mientras la pegaba en la cara. Le hice sangrar la nariz. Ella gruñó y me cogió para tirarme al suelo. Se puso encima de mí. Los demás delincuentes se acercaron.

- DEJÁDMELA A MÍ - ordenó ella - HIJA DE PUTA, TE HARÉ SUFRIR.

Me pateó y se agachó para seguir pegándome. Me dolía todo, parecía que iba a morir... cuando saqué mi as bajo la falda.

RASHHH

La pegué un tajo en la muñeca. Ella se quedó atónita viendo cómo sangraba.

- Pero qué...

Aún con dolor por todo mi cuerpo, me pegué a ella clavándole mi cuchillo en el corazón.

- A-Agh... a... a-asique eras tú... zorra... aj...

Osoro dejó de respirar y murió rendida. Los demás delincuentes se quedaron estupefactos pero no tardaron en reaccionar.

- ES UNA TRAMPOSA. UNA ASESINA.

- QUE LA HA MATADO, JODER.

- SEGURO QUE ES LA ASESINA DEL INSTITUTO.

Miré a todos los delincuentes. Conté 10 en total. Iba a ser difícil, y más yendo con bates de béisbol.

Esquivé a unos, acuchillé a otros, pero fue inevitable que dos me cogieran y los demás se liaran a pegarme mientras me sujetaban. Estaba acabada. Game over.


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