domingo, 19 de febrero de 2017

64. O Senpai o nada



Estaba en problemas.

Esa extraña chica me tiró al suelo, se puso encima de mí y empezó a estrangrularme con fuerza. Parecía un demonio, de ojos rojos, piel blanca y pelo corto y moreno. Llevaba guantes de látex.

Pensé que moriría ahogada pero pude llevarme la mano a mi falda y sacar mi cuchillo. La corté en la pierna y gruñó. Aflojó sus manos y mi cuello fue liberado. La cogí de sus hombros y la tiré al suelo con toda la fuerza que pude. Eso lo aprendí de Budo. Sin pensar volví a coger el cuchillo y la apuñalé una vez, y otra, y otra, y otra... hasta que murió.

- Qué... fue... eso...

Tiré el cuchillo cansada. Esa chica casi me ahogaba. Fue a por mí. Quería matarme ¿Pero quién era? En la vida la había visto en el instituto. La hice una foto para mandarla a Info-chan... pero en esa ocasión no iba a obtener respuesta.

Vi que el carrito de la limpieza estaba en una esquina y tomé prestada una bolsa de basura. La eché a la bolsa y la cerré. Limpié el suelo. Me miré el uniforme todo manchado.

- OK... no puedo salir así.

Me quité la ropa y quité algo de la sangre que había por mis brazos.

Llamaron a la puerta.

- OCUPADO.

Oí una queja y se fue.

- uff...

Tenía que haber algo con lo que pudiese salir. Por mucho que lavase mi uniforme seguiría teniendo rastros de sangre.

...

...

No. No lo había. Cerré la bolsa donde estaba el cadaver y la dejé al lado del carrito de la limpieza.

Entreabrí la puerta y vi que todo el mundo ya se había ido. Salí corriendo de allí. Me dirigí hacia los vestuarios y me cambié a la ropa de deporte. Después corrí al incinerador a quemar mi uniforme.

- Uff... menos mal que tengo bastantes de repuesto en el armario.

Por alguna razón, durante el tiempo en que estuve haciendo todo aquello, sentí que alguien me estaba mirando.

El resto del día fue bastante normal. Clases, stalkear a Senpai, ver como Midori Gurin hablaba y molestaba a los del Consejo Estudiantil, esas cámaras se seguridad con tipos dispuestos a llamar a la policía en cuanto viesen algo raro. Tuve suerte de que no pusiesen ninguna en el baño del gimnasio...

...Qué curioso que justo ahí, donde me iban a matar, no hubiera videovigilancia... Por un lado quise suponer que era porque, si no, invadirían aún más la intimidad, pero son la empresa Saikou, ellos pueden hacer lo que les dé la gana... ungh.

Finalizó el día y, a la salida del instituto...

- Yamada-senpai, has venido.

- ¿Me esperabas, Saikou-san?

- Por favor, llámame Megami :)

- Lo del gimnasio después de tu discurso... yo...

- Escucha. Tengo algo más que decirte, Senpai.

- ???

- No solo quiero protegerte. Quiero que seas mío.

QUEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEÉHHHH

- ¿M-Megami-san?

- Este viernes. A las 7. Junto al árbol de cerezo al lado del Club de Jardinería. No faltes.

- Yo...

- ...................... maldita............

Me miró. Sé que por un segundo me miró. Y sonrió con malicia. Quería que la próxima persona a por quien iba a ir fuese ella. Lo estaba haciendo a propósito. Ella no le amaba... se estaba metiendo conmigo, maldita.

Si ella quiere una guerra, la va a tener. Se acabaron mis miedos. O Senpai o nada.






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