miércoles, 21 de septiembre de 2016

49. Osoro Shidesu

- El instituto está como loco, Oshoro - dijo uno.

- No me parece ni medio normal. Flipo - dijo una.

- Y son gilipollas, tía. Encima nos acusan a nosotros de que tenemos algo que ver en esto - añadió otra.

La chica, la tal Oshoro, paseó dando la espalda a sus compañeros. Permaneció en silencio. Uno de los chicos dijo:

- Nos alegramos de que estés con nosotros. El instituto ha dejado de ser aburrido, al fin y al cabo.

- Cierra la boca, Dandy.

Todos se sorprendieron. Era lo primero que salía de la boca de su líder desde que llegó y le contaron en profundidad todo lo que había ocurrido durante esas semanas.

- Oshoro-chan... 

- Te lo he dicho a ti, Copper. No somos malvados.

Escucharon a Oshoro. Ahora era a ella a quien le tocaba hablar.

- Se me ha informado sobre toda la mierda que ha pasado por aquí estas semanas. Sé que a muchos de vosotros os mola y lo estáis pasando de putísima madre, pero yo no pienso celebrar una poca mierda. Hay un puto asesino en el instituto. Sé que no habéis sido ninguno de vosotros, o eso espero, porque os reventaría la cabeza. Seguro que es algún colgao de por aquí o una niñata de estas que van de inocentes, o yo qué sé... pero yo no pienso alegrarme de ninguna muerte. ... Somos delincuentes. Mangamos cosas, nos peleamos con gentuza, nos molemos a palos para pasárnoslo bien... pero no somos unos asesinos ni tampoco unos malvados que disfrutan con la muerte de otras personas. Al menos yo no. Vosotros elegís si vais conmigo o no.

Todos asintieron conformes. 

- Esa es nuestra líder.

- Si pillo a ese asesino, juro que le daré su merecido. Mientras tanto... tengo algo a lo que atender.

- ¿Algo aparte de todo esto? ¿El qué?

- Lo más importante, de hecho. Pienso proteger a una persona. A un chico con el que... estoy empezando a sentir algo por él desde que le vi por la calle mientras me fumaba un piti en el parque central.

- ¡¿Te has colado por un chaval?!

- Oh, seh. Y pienso conquistarle. Este año todos recordarán mi nombre, Osoro Shidesu, la delincuente que encontró el amor y acabó con el asesino del instituto.

Mi móvil emitió el sonido de que la cámara había hecho varias fotos y se las pasé todas a Info-chan. Necesitaba saber más sobre aquella chica rubia, musculosa, llena de cicatrices y vendas y con un abrigo largo negro que llevaba a modo de capa.

- Esa mujer es peligrosa, Yan-chan - dijo Info-chan en cuanto me llamó a la noche. - No te conviene cruzarte con ella, es la líder de los delincuentes. Es la chica más fuerte de la ciudad, casi podría vencer en un combate a Budo Masuta. Apenas va a clases, ya que suele hacer pellas. Vive sola, no tiene a nadie, solo a sus compañeros de la banda de delincuentes. Y, sí... el chico del que está enamorada puede ser de Senpai.

- Maldición... ¿no lo sabes seguro?

- No, lo siento. De todas formas no es una rival a la que te puedas enfrentar. Como ya he dicho, es peligrosa y fuerte. Te metería una paliza a la mínima sospecha que tuviese de ti.

- Pienso asegurarme de quién está enamorada. Si es de Senpai... no pienso renunciar a él por ella. Si para conseguir a Senpai es necesario un enfrentamiento con ella, lo tendré.

Info-chan colgó y me tumbé en la cama, preparada para mi nueva misión.


domingo, 18 de septiembre de 2016

48. ¡El ataque de las cubetas!

El jueves por la mañana, antes de ir a clases, bajé al sótano. Quería ver lo que contenía un baúl que había allí. Lo abrí y encontré un cuchillo, un cúter, un destornillador, unas tijeras, una varita de magical girl... también una auténtica katana, que tenía una etiqueta que rezaba "Recuerdo de Kyoto, 1900"... qué antigüedad.

Cogí el destornillador y pensé en mi rival, la profesora de Psicología. No iba a poder enfrentarme a ella directamente, tenía que acabar con ella desde las sombras. Y tenía una ligera idea de cómo hacerlo.

Estaba en el instituto, a la hora del recreo. Estuve espiando a la profesora todo el rato. Estaba todo el rato en la sala de profesores, excepto un rato que fue a por una bebida de la máquina. Después de estar un rato hablando con la profesora de Educación Física sobre erotismo, se tuvo que ir al baño. Vaya, es lo que pasa por hablar de guarradas y beber~

Me di prisa y subí a la azotea para rellenar una cubeta con agua ¿por qué? Porque era indispensable para mi plan. Pero Senpai me vio.

- ¡Aishi-chan! - me saludó. Mi corazón dio un vuelco. Se había aprendido mi apellido. Me trataba de "-chan" ¡N-me había saludado!

- S-S-S-en... p...

Me puse de los nervios y él hizo una mueca de extrañeza ¡Maldición! ¡Seguro que pensaba que era una chica rara! ¡No podía!

Sonreí dulcemente aun estando ruborizada hasta las orejas.

- Buenos días, Yamada-senpai.

- Espero que vaya todo bien. Hacía tiempo que no hablábamos.

- S-Sí, jeje ^_^

Senpai miró los cerezos del lugar. Fijó su mirada en el gran árbol que destacaba a lo lejos por una pequeña elevación de tierra que había a sus pies. Era el árbol que unía a las parejas... Si no fuera porque quería llevar a Senpai allí algún día, lo hubiera talado hacía mucho tiempo.

- Qué hermoso es ese cerezo. Incluso estando fuera de temporada, sigue floreciendo.

- A-Ah.. O-Oh... S-Sí ^_^

- Por cierto, ¿para qué estás rellenando esa cubeta?

Miré la cubeta llena de agua ¡Oh, no! ¡Tenía que irme si quería que el plan funcionase! Salí corriendo.

- ¡Me tengo que ir! ¡Hasta luego!

Senpai volvió a decir mi nombre en señal de que parase. Qué bien sonaba cuando salía de sus labios... ¡pero ahora tenía que matar a la profesora!

Al entrar en el baño donde estaba ella, oí el sonido del váter. Rápidamente saqué el destornillador y me deshice del interruptor, dejando al descubierto los cables rotos.

- ¡Eh! ¡¿Quién ha apagado la luz?! Salió y le tiré la cubeta de agua.

- ¡KYAAAAH!

Al estar a oscuras, no me veía. Me escondí mientras ella gritaba:

- ¡Estoy empapada! ¿Quién es el gracioso que ha hecho esto?!?!

La profesora fue a buscar el interruptor para dar la luz, sin embargo, aquello fue su perdición. Al encontrar los cables, salieron chispas por todo el cuerpo mientras se movía. Se estaba electrocutando.

Su dedo logró librarse de la fuente de electricidad, sin embargo era tarde. Cayó tiesa y muerta. Contemplé su cadáver satisfecha y salí corriendo con la cubeta, asegurándome de que no dejaba huellas. Una menos.


domingo, 11 de septiembre de 2016

47. El robo del examen



Cuánto lo siento, mi querido Senpai.

...

El plan de ese día sonaba más sencillo que matar gente, sin embargo en cuanto me puse a ello supe que era lo más difícil que había hecho hasta la fecha: robar un examen y ponerlo en el pupitre de Senpai, de manera que la profesora pensase que lo había cogido él y se enfadase... por lo tanto lo iba a dejar en paz ¡Era el plan perfecto!

El problema fue cuando vi que la profesora de Educación Física, vigilaba el despacho de profesores mientras hacía ejercicios. Aquella mujer no paraba nunca... ¿Cómo iba a coger el examen con ella ahí dentro?

Di un paseo por los pasillos del centro viendo a mi alrededor para ver qué opciones tenía. Entonces pensé en que cogiendo un bate de béisbol se solucionaría el problema. Sí, dándola con él y dejándola inconsciente, como en las películas ¿Y dónde estaban los bates? En el gimnasio, por supuesto.

Corrí y salí del edificio dirigiéndome al gimnasio. A esa hora no había clase, era el recreo al fin y al cabo. Entré sin problemas y fui hacia la habitación de instrumentos de deporte, pero no pensé en que me encontraría con otra gente.

Eran estudiantes del instituto, aunque sus uniformes no cumplían las normas del centro. Estaban pintados y rasgados. Pero lo más preocupante fueron sus rostros. Me miraban con odio y llevaban unas máscaras que les tapaban sus bocas y a su vez estaban pintadas. Sus peinados eran de distintos tipos, pero todos tenían algo en común: tenían una mechón teñido de un vivo color, ya sea azul, verde, rojo o lo que fuera.

- ¿Quién coño eres y qué haces ahí parada? - dijo una.

- Eso ¡fuera de aquí, niñata!

Malditas. Si supiesen con quién se estaban metiendo. Por cómo eran y cómo era su actitud, no dudé un segundo: era el grupo de chicas delincuentes del instituto. A ellas y al grupo de chicos apenas se les veía. No solían ir a las clases, y robaban o molestaban a los demás. Eran despreciables.

Apreté el puño indignada por su manera de hablar, pero decidí no pelear con ellas. No era lo suficientemente fuerte como para vencerlas y salir viva de allí. Desde luego me fui.

Seguí pensando en mi plan ¿Qué podía hacer entonces? ... ... ... Sonaba música desde la parte trasera del instituto y de pronto se apagó. Me llamó la atención asique fui a ver qué era.

Vi a Mai Waifu y al resto del grupo de idol del Club de Música. Tenían una radio de música puesta con canciones de Love Live, pero estaban tan absortas en su conversación sobre su nuevo debut, que se olvidaron la radio allí. Mmmmmm ¡idea!

Cogí la radio y volví al centro. Una vez estuve delante de la sala de profesores, encendí la radio y puse la música a todo volumen.

- ¿Qué es eso? Estos niños...

La profesora salió por una de las puertas mientras yo entré por la otra. Busqué el casillero de la profesora de Psicología y una vez lo encontré, cogí el modelo de examen que iba a poner la próxima semana. Oh~ asique iba a caer un caso sobre psicópatas...

Dejó de sonar la música y la profesora iba a entrar de nuevo al aula, por lo que me marché corriendo sin que me viese.

Busqué la clase 3-2, la clase de Senpai, y entré. Por suerte no había nadie. Me fijé en la mochila de Senpai y guardé el examen en la cajonera. De paso, cogí un pañuelo usado por él♥ Cuánto lo siento, Senpai >_<

Pasaron las horas, y en medio del horario de clases, la profesora vino ordenando que todos abriésemos todas nuestras cajoneras y mochilas. Pronto iba a llegar a la clase de Senpai y le descubriría A_A

No me enteré de nada más al respecto hasta que salimos y vi a la profesora y a Senpai hablando cerca de los baños.

- Asique fuiste tú... Yamada-kun~ - dijo la profesora, con el examen robado en la mano.

- L-Le juro que no fui yo. No entiendo qué hacía ahí...

- Anda~ Las mentiras no funcionan conmigo~ Tú lo que querías era llamarme la atención, ¿verdad?

Se le acercó más ¿PERO QUÉ NARICES??!?!

- N-No... - Las mejillas de Senpai se colorearon en cuanto vio los pechos de la profesora pegarse más a él.

- Me gustaría hablar contigo el viernes después de clases. Será tu castigo♥

- E-EEh... *glups*

MALDITAAAAHHH............... No será capaz....



sábado, 3 de septiembre de 2016

46. La profesora suplente


Dejó de haber clases hasta la semana siguiente, pero el Club de Kárate siguió organizando actividades sin descanso. Gracias a eso pude distraerme un poco con respecto a todo lo que dijo esa chica del ordenador...

Apenas supe nada de Senpai. Budo Masuta me puso montones de ejercicios para practicar. La verdad es que era necesario si de verdad quería hacer algo útil en el club y ponerlo en práctica cuando fuera falta.

Y tras todo lo ocurrido con Saki Miyu y la enfermera, llegó el lunes. La gente tenía bastante miedo y Midori estaba como loca intentando buscar alguna pista de los acontecimientos. (Menuda tonta...)

Senpai caminaba solo, con su libro de siempre, pero seguía decaído. Estaba solo y yo no había hecho más que entrenar duro :'( Lo que él no sabía es que no hice más que pensar en él, bueno, no sabía eso ni muchas otras cosas xD

Llegó la hora de volver a las clases y se anunció la llegada de la nueva profesora de Psicología.

En cuanto entró, a todos los estudiantes masculinos les empezó a sangrar la nariz. Tenía el pelo marrón recogido por una coleta, y no solo tenía buen cuerpo, sino que iba con una provocadora falda corta de color rojo y una chaqueta que le marcaba todo el escote ¿Cómo el director podía contratar a alguien así?

Esa profesora iba a enseñar tanto en segundo como en tercero... Senpai la iba a tener sí o sí. Esperé que no me diese muchos problemas...

Esa misma tarde también estuvimos entrenando en el Club de Kárate.

- Eres muy aplicada, Ayano-chan. Te lo tomas muy en serio.

Di una patada al aire y miré a Budo.

- Muchas gracias, Masuta-senpai. Me has enseñado mucho.

- Y más que aprenderás ^_^

Sin duda era el club donde más cómoda me sentía. Allí no había rivales queriendo robar a Senpai, no había creídas, no había tipos raros creyendo en demonios... era todo casi perfecto.

- Ayano-chan, ¿me ayudas con estas esterillas? - me preguntó Shima Shita desde la entrada del club.

- Claro.

Me acerqué y la ayudé a llevar cajas adentro del aula. Justo entonces fue cuando vi a dos figuras a lo lejos del pasillo. No podía ser... eran Senpai y la profesora. Y esa profesora se le estaba acercando mucho.

- La profe de Psicología es una buscona - dijo Shima cuando vio la situación. - Sus alumnos le deben atraer un montón como para que vaya provocando por ahí.

- ... Qué clase de suplentes contrata este instituto...

Terminé de ayudar a Shima con los tatamis y, justo cuando iba a "irme al baño", vi a las hermanas Basu charlando con esa profesora. Hicieron que Senpai pudiera por fin irse de allí. Cuando la conversación terminó, Sakyu e Inkyu me miraron y me guiñaron el ojo.

- ¿Qué hacéis?

- Enterarnos de los amoríos del instituto, Ayano-chan ¡Es nuestra especialidad! - dijo Sakyu.

- ¿Y la profesora de Psicología tiene algún amor en mente?

- No te va a gustar pero... quiere hacer cositas muy sucias con Taro Yamada~ - informó Inkyu.

- ... .... .... ... Vale :)

Di media vuelta y me fui a mi club.

- Con cuánta calma se lo ha tomado... - opinaron.

En verdad actué como si la cosa no fuera conmigo. Quería hacer bien los ejercicios de kárate. Pero en mi cabeza no hacía más que pensar que las patadas y las llaves que estaba practicando eran todas para esa maldita profesora que iba a matar en cuanto pudiera.